Pocos titulares ofrecen tan poca sorpresa como este: la vivienda vuelve a ser el principal problema para la mayoría de los españoles, según el último Barómetro del CIS correspondiente al mes de mayo. Por segundo mes consecutivo, se sitúa en lo más alto del ranking de inquietudes ciudadanas, con un 25,5% de menciones. Le siguen, no muy de lejos, los problemas políticos (19,7%), el paro (19,2%) y la crisis económica (19,1%).

👉 Pero, más allá de los porcentajes, lo que realmente preocupa es la inercia institucional y la ausencia de un plan común para abordar el mayor problema estructural de España: el acceso a una vivienda digna. Ni el Gobierno ni las comunidades autónomas han conseguido —o querido— afrontar de forma decidida un problema que no deja de escalar. Y no hay síntomas de que esto vaya a cambiar.

🧱 El problema de la vivienda: crónico, urgente y sin respuesta común

Que la vivienda lidere la lista de preocupaciones no es nuevo. Pero sí lo es que lo haga con una estabilidad y transversalidad tan acusadas. En 2024, fue el primer problema en varios barómetros del CIS. En 2025, lo sigue siendo. No es una alarma pasajera, sino una señal persistente que indica un problema estructural no resuelto.

Mientras tanto, las respuestas institucionales son fragmentadas, insuficientes y contradictorias. El Gobierno central ha impulsado leyes como la de Vivienda, con medidas orientadas a limitar el precio de los alquileres o proteger al inquilino. Sin embargo, la aplicación efectiva queda en manos de las comunidades autónomas, muchas de las cuales —especialmente las gobernadas por el Partido Popular— se han mostrado abiertamente en contra de la normativa, boicoteando o ignorando su implementación.

💬 La paradoja es evidente: el problema es nacional, pero las soluciones van por barrios… o por ideologías.

🏘️ Cataluña, Asturias y País Vasco por un lado; Madrid, Andalucía o Galicia por otro

Mientras comunidades como Cataluña, País Vasco o Asturias han asumido parte del marco estatal, declarándo zonas tensionadas o encaminándose a hacerlo y aplicando límites al precio del alquiler, otras regiones como Madrid, Andalucía o Galicia se han opuesto de forma sistemática a cualquier tipo de regulación del mercado.

🔍 El resultado es un mapa territorial desequilibrado, donde vivir en una comunidad u otra implica derechos o barreras completamente distintos. El derecho a la vivienda ha dejado de ser un derecho homogéneo en España.

A esto se suma el hecho de que las grandes ciudades siguen experimentando subidas de precios, especialmente en el alquiler. En Barcelona, por ejemplo, ya se empieza a observar un leve efecto contención tras la limitación de precios, mientras que en Madrid siguen subiendo sin freno y en la últimas estadísticas duplicaba en la subida de precios a Barcelona. Y la vivienda turística, lejos de reducirse, se mantiene como una amenaza constante a la oferta residencial.

📊 El problema de la inmigración aparece entre los votantes de la derecha

Otro dato relevante del barómetro de mayo es que, pese a las campañas alarmistas y discursos constantes sobre la inmigración, la mayoría social no la percibe como el problema más importante. Se sitúa como sexto problema nacional (15,5%), con una caída respecto al mes anterior.

Eso sí, entre determinados sectores políticos su peso sigue siendo determinante. Un 45% de los votantes de Vox la señalan como uno de los grandes problemas del país, seguido por un 29,1% de votantes del PP. En cambio, entre votantes de izquierdas, el peso de esta percepción es mínimo.

🧠 Este dato no solo refleja diferencias ideológicas, sino también cómo el foco informativo y mediático moldea las percepciones ciudadanas. Mientras la derecha promueve el relato de la amenaza exterior, la izquierda, más pegada a la realidad material de su día a día, apunta a los problemas de acceso a vivienda, trabajo o sanidad.

⚖️ Le siguen los problemas políticos: hartazgo con las élites

La segunda preocupación para los españoles son los problemas políticos. Las menciones a “los políticos”, “los partidos” y “el Gobierno” han crecido significativamente, alcanzando un 19,7%. La categoría de Gobierno y partidos ha pasado del séptimo al quinto lugar en solo un mes, según los datos del CIS.

🤷‍♂️ ¿Por qué? Porque el ciudadano medio percibe que los políticos no están haciendo lo suficiente, o peor aún, que están bloqueando soluciones que deberían ser prioritarias.

La desconexión entre la agenda institucional y las preocupaciones reales —vivienda, trabajo, salud— alimenta el hartazgo. El ruido parlamentario y la crispación diaria en los medios refuerzan esa idea de que los representantes públicos no están a la altura del momento.

📉 El paro se ubica en la tercera posición con un 19,2%

Aunque ha bajado respecto a etapas pasadas, el desempleo sigue siendo una preocupación estructural, especialmente entre los jóvenes y en determinadas zonas del país. Es la tercera gran inquietud nacional, con un 19,2% de menciones.

👩‍🎓👨‍🏭 El problema no es solo la falta de empleo, sino la calidad de los empleos que se ofrecen: temporales, mal pagados y con escasa proyección.

La vivienda y el empleo están profundamente conectados. Sin un salario estable y digno, acceder a un alquiler o a una hipoteca es simplemente inviable. Y eso lo sabe una generación entera que vive atrapada en la precariedad.

💸 Casi igual en importancia a la crisis económica, que alcanza el 19,1%

La crisis económica ocupa la cuarta posición, con un 19,1%, muy cerca del paro. Sin embargo, hay una diferencia llamativa entre la percepción general y la percepción individual.

Cuando el CIS pregunta por los problemas que afectan personalmente, el 28,6% señala la crisis económica. Pero, en contraste, el 70% de los encuestados dice que su situación económica personal es buena o muy buena. Solo un 23% afirma lo contrario.

🧐 ¿Cómo se explica esto?

Una posible clave está en el discurso mediático y político dominante entre las derechas, que ha instalado un clima de catastrofismo económico —»España se hunde», «no llegamos a fin de mes», «la economía se desploma»—, que no siempre tiene un reflejo en la experiencia directa de los ciudadanos.

De hecho, muchas de las personas que aseguran estar en buena situación personal creen que la economía nacional va mal. El problema, por tanto, no siempre es la realidad económica, sino cómo se cuenta.

📌 La vivienda seguirá en lo alto… si no hay un giro drástico

La conclusión es clara y preocupante: la vivienda seguirá siendo el primer problema nacional mientras no exista un esfuerzo real, colectivo y coherente por parte del Estado y las comunidades autónomas. Lo que no parece que vaya a suceder por el enfrentamiento político y la vuelta de los pelotazos urbanísticos disfrazados de vivienda asequible.

No sirve que una parte impulse medidas valientes si la otra las boicotea. No sirve que algunos regulen si otros desregulan. No sirve que el acceso a un derecho básico dependa del color político del territorio en el que vivas.

⚠️ Si seguimos así, el problema no solo persistirá, sino que se agravará. Porque los precios no paran de subir. Porque los jóvenes siguen sin emanciparse. Porque los salarios no dan para pagar los alquileres. Porque la construcción pública no despega. Porque los fondos buitres siguen comprando vivienda. Porque la vivienda turística sigue quitando oferta. Y porque la política, de momento, no está a la altura del drama social que se vive a pie de calle.

💥 Lo dijo el CIS, pero lo dice también cualquier conversación de bar, cualquier portal inmobiliario o cualquier búsqueda desesperada de alquiler: la vivienda es el mayor problema del país. Y lo seguirá siendo… hasta que a alguien le importe lo suficiente como para arreglarlo y entender que sus cuatro años de mandato no serán suficientes para recoger los frutos que siembre, pero que es su obligación hacerlo.