La problemática de la vivienda se consolida como el principal tema que inquieta a los ciudadanos españoles, alcanzando cifras que recuerdan a los peores momentos de la crisis inmobiliaria de 2008. Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 28,3% de los encuestados considera la vivienda como el mayor problema del país. Este aumento en las menciones, de más de seis puntos respecto a diciembre de 2024, evidencia la gravedad de la situación actual.

No parece que las medidas presentadas por el Gobierno y el PP tranquilicen a la ciudadanía

El incremento constante en la preocupación por la vivienda pone de manifiesto que las políticas actuales no están logrando calmar a la población. Tanto las medidas impulsadas por el Gobierno como las propuestas del PP han sido objeto de críticas, percibiéndose como insuficientes para abordar de manera efectiva:

  • La falta de oferta de vivienda asequible.
  • El incremento desmedido de los precios de alquiler en zonas urbanas y turísticas.
  • La inseguridad jurídica que desalienta a propietarios e inversores.

¿Qué está fallando?

La ciudadanía demanda acciones más concretas y de impacto inmediato, como:

  • Aumento del parque público de vivienda para alquiler social.
  • Incentivos fiscales para propietarios que ofrezcan alquileres asequibles.
  • Regulación de precios en zonas tensionadas.
  • Un Pacto de Estado entre los dos partidos mayoritarios

Sin embargo, las divisiones políticas y la falta de consenso dificultan la implementación de medidas sólidas.

El nivel de preocupación se incrementa hasta el 28,3%

Los datos del CIS muestran que la preocupación por la vivienda ha escalado de manera significativa en los últimos meses, pasando del 22,7% en octubre de 2024 al 28,3% en enero de 2025. Este porcentaje es comparable al registrado durante la crisis de 2008, lo que resalta la magnitud del problema.

Este ascenso en el ranking de preocupaciones nacionales coincide con:

  • Movilizaciones ciudadanas contra el aumento de los alquileres.
  • El debate sobre la Ley de Vivienda, que ha generado expectativas pero pocos resultados visibles hasta el momento.
  • Un mercado inmobiliario donde la demanda supera ampliamente a la oferta disponible, especialmente en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia.

Vivienda y economía: una relación directa

La vivienda no solo afecta a quienes buscan un hogar, sino también al panorama económico general. Un mercado inmobiliario descontrolado puede:

  • Reducir el poder adquisitivo de las familias.
  • Incrementar la desigualdad social.
  • Dificultar la movilidad laboral al limitar el acceso a vivienda en zonas clave.

La situación económica y los problemas políticos completan el podio

Junto con la vivienda, los problemas económicos (22,1%) y la inestabilidad política (22%) ocupan los primeros lugares en las preocupaciones nacionales. Este contexto refleja un panorama general de incertidumbre, donde los ciudadanos sienten que su bienestar está amenazado desde múltiples frentes.

Inmigración y paro: otros temas en alza

La inmigración (21,1%) ha experimentado un notable aumento de menciones, mientras que el paro, históricamente una de las principales preocupaciones, ha descendido al quinto lugar con un 18,8%. Este cambio en el orden de prioridades pone de relieve cómo los problemas relacionados con el acceso a la vivienda están desplazando incluso cuestiones económicas estructurales.

¿Qué puede hacer el sector inmobiliario?

Aunque las soluciones requieren un enfoque conjunto entre Gobierno, empresas privadas y sociedad civil, el sector inmobiliario puede desempeñar un papel clave mediante:

  • Implementación de tecnología para mejorar la eficiencia en la gestión de alquileres y compraventas.
  • Mayor oferta de viviendas sostenibles y asequibles que se adapten a las necesidades reales del mercado.
  • Colaboración público-privada para aumentar el parque de vivienda social y fomentar la construcción en zonas tensionadas.

La tendencia continuará los próximos años

La vivienda vuelve a ser la principal preocupación de los españoles, y todo indica que esta tendencia continuará mientras no se adopten medidas efectivas y consensuadas. Las cifras actuales recuerdan épocas críticas, pero la situación podría empeorar si no se abordan los problemas estructurales del mercado inmobiliario. La vivienda es un derecho, pero también una responsabilidad compartida que debemos afrontar con urgencia y determinación