El sector del hormigón preparado cerró 2024 con una producción total de 27 millones de metros cúbicos, lo que supone un crecimiento del 2,8% respecto al año anterior y el volumen más alto registrado en más de una década, según datos de ANEFHOP (Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado). Este repunte refleja cierta recuperación estructural tras los impactos de la pandemia y la crisis energética, pero los problemas siguen presentes… y no son menores.

Aunque se trata de una noticia positiva, el contexto invita a la cautela. Como en tantos otros sectores vinculados al urbanismo, la obra pública y la vivienda, el horizonte está lleno de nubarrones geopolíticos, obstáculos estructurales y desequilibrios territoriales.

🌍 Los aranceles previstos por Trump crean incertidumbre en la evolución futura

Uno de los factores que más preocupa en este inicio de 2025 es el retorno del fantasma del proteccionismo norteamericano. La posible vuelta de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y sus anuncios de nuevos aranceles generalizados están empezando a dejar huella en la confianza de los mercados.


Carlos Peraita. Aunque estos aranceles no afectan directamente a las materias primas del hormigón, sí pueden tener un efecto dominó en la economía global, ralentizando el consumo, reduciendo la inversión pública y afectando sectores esenciales como el turismo. En palabras de Carlos Peraita, director general de ANEFHOP, «la incertidumbre que generan los nuevos aranceles podría afectar al consumo, la inversión pública y al turismo, pilares esenciales para la actividad del sector».

No es un aviso menor. Un freno en estas tres palancas —consumo, inversión y turismo— sería como quitar el cemento a la estructura económica de sectores relacionados con la construcción y la vivienda, que viven de la obra nueva, la rehabilitación y los grandes proyectos públicos.

🐌 La lentitud en la ejecución de las obras es otro problema en los datos anuales

Más allá del contexto internacional, el sector sigue arrastrando problemas endémicos que limitan su verdadero despegue. La lentitud en la ejecución de las obras, la escasa flexibilidad en los contratos públicos (que no permiten revisar precios con agilidad) y la burocracia excesiva son frenos conocidos por todos los agentes implicados.

Aunque se licitan más obras —la cifra total en 2024 ascendió a 29.480 millones de euros, un 10,6% más que el año anterior, impulsadas por fondos europeos y organismos locales—, eso no se traduce automáticamente en producción real. Como advierte Peraita: «La licitación no garantiza producción, especialmente si no se resuelven los cuellos de botella en ejecución y los proyectos siguen sin arrancar con fluidez.»

A esto hay que sumar otro dato especialmente preocupante.

👷‍♂️ Junto con la falta de mano de obra cualificada

Sí, falta gente en las obras. Y no hablamos solo de cantidad, sino de mano de obra cualificada. 🏗️ La construcción, que durante décadas fue un gran empleador en España, sufre hoy una fuga de talento hacia otros sectores, y no consigue atraer a jóvenes ni formar relevo generacional.

Esto convierte a los proyectos en estructuras inestables, incluso cuando hay presupuesto, materiales y demanda. Una promoción de vivienda, una infraestructura pública o una obra civil pueden retrasarse indefinidamente si no hay personal que la ejecute con garantías.

Y esto, inevitablemente, repercute en la oferta de vivienda: menos pisos, más lentos, más caros. En un momento donde la falta de vivienda asequible es uno de los grandes problemas nacionales, el impacto se multiplica.

🌦️ Un arranque de año condicionado por el clima

El primer trimestre de 2025 ha mostrado señales positivas en términos de consumo de cemento —un 9,42% más en enero y febrero— lo que suele anticipar también un buen comportamiento del hormigón. Sin embargo, el mes de marzo ha sido especialmente lluvioso, lo que ha afectado la producción en muchas zonas.

La meteorología vuelve a recordarnos que incluso en contextos de recuperación, la actividad en obra es extremadamente sensible a factores externos. Y esta vulnerabilidad es especialmente grave cuando se acumulan retrasos y cuellos de botella previos.

📊 Los datos por Comunidades Autónomas

El comportamiento territorial del sector del hormigón ha sido claramente desigual durante 2024. Algunas regiones han vivido un crecimiento notable, mientras que los grandes núcleos urbanos han mostrado una actividad más tímida.

Las comunidades con mayor crecimiento han sido:

  • Extremadura: +18,1%

  • Castilla y León: +14,1%

  • Galicia: +8,8%

  • La Rioja: +8,2%

  • Cantabria: +6%

En el lado contrario, llama la atención que Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid, que concentran el 51% de la producción nacional, solo hayan crecido un 0,9% conjunto.

Esta descompensación territorial es sintomática: refleja el diferente ritmo de ejecución, la distinta agilidad administrativa, el acceso a financiación pública y hasta la influencia de fenómenos climáticos como la DANA que afectó al Levante en el último trimestre del año.

🧱 Opinión: Un crecimiento con pies de barro

Aunque las cifras del sector del hormigón en 2024 son objetivamente buenas, es necesario mirarlas con lupa. El crecimiento del 2,8% es bienvenido, pero llega tras años de estancamiento y no garantiza un cambio de tendencia sostenible.

Mientras la inversión pública siga sin ejecutarse de forma ágil, la mano de obra escasee y el contexto internacional se vuelva aún más volátil, lo que hoy parece una recuperación puede convertirse fácilmente en un espejismo.

Desde Aquimicasa, lo vemos cada día: si no se construye, no se vende; si no se vende, no se alquila; y si no se alquila, los precios se disparan. El hormigón es la base física de la vivienda, pero necesita de una planificación institucional seria, una apuesta por la formación profesional y una estrategia económica sólida para sostenerse en el tiempo.

🧩 Un sector en crecimiento no libre de amenazas

El sector del hormigón preparado ha mostrado signos de fortaleza en 2024, pero no está libre de amenazas. Es urgente resolver los problemas estructurales que impiden aprovechar el tirón inversor y estabilizar el acceso a la vivienda. Porque el hormigón no se mueve solo: necesita personas, políticas claras y un entorno económico que le permita seguir siendo el motor silencioso del crecimiento urbano en España 🏙️.

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